Si emprender fuera fácil, todo el mundo tendría una empresa emergente y Jeff Bezos estaría comprando camisetas en tu tienda online. Pero la realidad es que este camino es como subir el Everest… en chancletas.
Por eso, encontrar tu propósito no es solo bonito para decirlo en un pitch, sino clave para no tirar la toalla cada vez que las métricas de tus redes sociales te deprimen.
Un propósito claro no solo le da sentido a tu actividad emprendedora, sino que además conecta con una amplia gama de oportunidades. Facilita construir relaciones profesionales, aprovechar los espacios de networking y desarrollar un negocio escalable que prospere en un competitivo mercado laboral.
Además, te permite crear una sólida marca personal que atraiga las mejores oportunidades de negocio y contactos personales.
1. ¿Por qué necesitas un propósito?
Porque si tu único objetivo es “hacer dinero”, déjame decirte algo: montar un chiringuito en la playa también lo hace (y probablemente te dé menos dolores de cabeza). El propósito es ese faro que te guía cuando:
- No llegas a tus objetivos de ventas.
- Tu competencia lanza “la idea del año” antes que tú.
- Te preguntas por qué dejaste aquel trabajo con paga fija y café gratis.
Tener un propósito no solo define tu modelo de negocio, sino que te ayuda a construir conexiones en tus espacios de networking, mejorar tus relaciones profesionales y maximizar tus contactos obtenidos. En las lean startups, un propósito claro impulsa el acceso a financiación y refuerza las posibilidades de crecimiento.
2. Cómo encontrarlo sin convertirte en el Dalai Lama
No necesitas un retiro espiritual en Bali para descubrir tu propósito emprendedor. Hazte estas preguntas:
- ¿Qué problema estoy resolviendo?
“Ayudo a empresas a ahorrar tiempo con mi app” suena mejor que “Vendo cosas por internet”. Si tu propósito incluye soluciones relacionadas con la inteligencia artificial o el desarrollo de herramientas digitales, ¡mejor aún! - ¿Quién se beneficia de mi trabajo?
Imagina a tu cliente diciendo: “¡Esto es justo lo que necesitaba!”. ¿Qué emoción despiertas en ellos? ¿Estás creando relaciones significativas que impulsen tus oportunidades laborales? - ¿Qué me apasiona de verdad?
Si te cuesta responder, no pasa nada: muchos emprendedores descubren su pasión en el camino, después de varios tropiezos.
💡 Pro tip: Haz este ejercicio con una copa de vino o un café bien cargado. La inspiración, al igual que las buenas ideas para tus redes sociales, necesita un empujoncito de vez en cuando.
3. Mantener la motivación cuando los lunes parecen eternos
Emprender no es solo días brillantes de firmas de contratos y posts virales. También hay emails ignorados, facturas inesperadas y días en los que tu único logro es no comerte un paquete entero de galletas. Entonces, ¿cómo mantener la motivación?
Recuerda a tu “por qué”
Pon una foto de tu cliente ideal en tu escritorio o, mejor aún, un mensaje de agradecimiento real. Saber que tu trabajo impacta positivamente en alguien te levanta del sofá.
Celebra los mini-logros
¿Lograste que 10 personas más te sigan en redes? ¿Tu primer cliente repitió compra? Brinda por ello. Los pequeños pasos son los que construyen un gran camino en la actividad emprendedora.
Rodéate de gente que entienda tu locura
Los espacios de networking, como los eventos presenciales, no son solo para buscar clientes o socios. También son una gran herramienta para crear contactos provechosos y establecer un seguimiento del networking que potencie tu desarrollo profesional.
4. Pero… ¿y si pierdo la motivación?
Tranquilo/a, esto nos pasa a todos. La clave está en no dejar que esos días malos se conviertan en semanas malas. Aquí van algunas soluciones express:
- Haz una pausa: Ve una serie, sal a correr o habla con tu perro. A veces, desconectar es la mejor forma de recargar.
- Busca inspiración en otros: Lee sobre emprendedores que superaron grandes desafíos, como los que escalaron desde lean startups en el Reino Unido hasta convertirse en referentes a nivel empresarial.
- Reajusta tu rumbo: Tal vez necesitas redefinir tu propósito, replantear tu idea de negocio o pivotar tu estrategia. Y no pasa nada.
5. Una última cosa: el propósito también puede evolucionar
Quizás comenzaste tu negocio porque te apasionaba la fotografía, pero en el camino descubriste que enseñar a otros te llena más. Cambiar no es fracasar; es adaptarse. Y si algo sabemos los emprendedores, es que somos los reyes de adaptarnos (y sobrevivir al caos).
Tu propósito debe evolucionar junto con tu modelo de negocio, tus redes profesionales y las necesidades de tu actividad emprendedora. Esto no solo te permite ser más resiliente, sino también identificar nuevas oportunidades laborales, aprovechar tus contactos obtenidos y gestionar de manera efectiva tus datos de contacto para potenciar tu negocio.
Hazlo con propósito, hazlo con Málaga Tech
Descubrir tu propósito emprendedor no solo hará que tus días malos tengan sentido, sino que te ayudará a aprovechar al máximo los espacios de networking, desarrollar tus habilidades en todas las fases iniciales y fortalecer tu presencia en el ecosistema emprendedor.
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